Todos conocemos la “cuesta de enero”. Es el tiempo cuando, terminadas las fiestas de diciembre, ya nos gastamos toda la lana que teníamos. 

Lo primero es no preocuparte. Diciembre es una época especial del año. La familia se reúne como pocas veces, y festejamos con amigos y parientes que viven fuera de la ciudad o incluso del país. Es natural querer pasarla bien, y consentirnos. La emoción del momento a veces nos gana.  

Pasadas las fiestas, comenzamos a pensar en cómo vamos a pagar los gastos de enero, que no paran. Enero además es también el mes de los Reyes Magos. Esta bella tradición hispana proviene del evangelio según Mateo. En él se habla de que 3 hombres sabios o “magos”, acudieron a visitar a Jesús poco después de su nacimiento. Estos magos, que siglos después fueron denominados “reyes magos”, Melchor, Gaspar y Baltasar, entregaron regalos de gran simbolismo: oro, incienso y mirra. 

A partir del siglo XIX, en España, este festejo empezó a enfocarse en los niños. Es tradicional que los niños escriban una carta a los reyes magos mencionando los regalos que desean recibir, y que los Reyes Magos visiten en la noche del 5 al 6 de enero, dejando sus regalos junto a los zapatos de los niños. En México y latinoamérica, también es una fecha muy esperada por todos los niños. 

Sin embargo, el 6 de enero nos preguntamos qué hacer cuando ya no hay lana para que tus hijos tengan un buen Día de Reyes. ¡No queremos que estén tristes en un día tan especial! 

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